{Libre} Durmiendo en el salón de artes

por **Eithan K. Williams** Dom Ene 08, 2017 1:47 pm

Sonó el ruidoso timbre del mediodía que anunciaba la gloriosa hora de comer y el fin del turno diurno pero para él era el único momento libre que tendría antes de continuar con su siguiente ronda. Se veía por los pasillos una ola de estudiantes saliendo de sus salones para dirigirse a la cafetería o a cualquier otro lado que le asegurara no encontrarse con algún profesor. Esto provoco que riera de lo ingenuo que son o podrían llegar a ser los adolescentes ya que él también lo fue alguna vez.

Bostezó con cansancio mientras terminaba de alistar unos libros y guardándolos en su bolsa, esperó que la oleada de alumnos bajara y luego salió del salón para poder dirigirse a otro. Pero este era distinto a los demás, era uno muy especial para él, ya que era su asignado "el salón de artes" donde toda la magia ocurre.

Llegó a su lugar de destino y dejó caer su bolsa en el escritorio haciéndolo sonar fuerte. Miró con mucho orgullo el salón.

— Sí, definitivamente es el mejor de todos. — no podría describir lo contento que se encontraba de haber llegado tan lejos y en solo pensar que había iniciado garabateando con las muñecas de porcelana que tenía su madre escondidas.

Se sentó en la silla y de su bolsa saco su almuerzo, que para su desgracia estaba estropeado por lo anterior, suspiró entristecido pero se lo había buscado habiéndose llevado por la emoción.

En silencio se comió su arroz con vegetales y carne. Era tanto el silencio que sus párpados pesaban cada vez que pestañeaba...

Luego de terminar de comer, guardó el recipiente de la comida nuevamente en su bolsa y se colocó en posición de descanso recostándose en el escritorio para finalmente dormir. Hubo un detalle importante que paso por alto, tiene problemas para dormir sin roncar tan fuerte.

por **Natalie V. Ilyina** Miér Ene 11, 2017 2:11 am

— ¡Todos los lugares están demasiados llenos que hostigan bastante! — pensó con furia la muchacha mientras cargaba en mano su lonchera y caminaba a otro lugar que no fuese la cafetería o la plaza. Esos sitios estaban infestado de gente a mas no poder.

La hora del mediodía siempre había sido problemática para ella, a pesar de que puede pasarla con sus amigos y disfrutar un buen rato antes de volver a las tediosas clases, en momentos como este, donde tiene el amigo Andrés que visita cada mes...prefería aislarse de todos para calmarse un rato.

Visitó un par de lugares rápidamente pero nada de lo que vio era de su agrado o bien no estaba permitido comer ahí (por ejemplo, la biblioteca era un rotundo no de parte de la encargada). Y necesitaba apurarse con urgencia pues el tiempo en el descaso vale oro.

Continuó viendo salones tras salones para ver donde podría sentarse a comer (y tal vez dormir) pero los problemas seguían siendo los mismos: mucha gente, poca gente, están los que le caen mal, los que le caen bien pero prefiere evitar, no se permite comer, cerrado...¡y más!

— Bien, este es el último salón que veré...¡y si no hay nadie...me tiraré de la azotea! — dijo con tono muy serio. Tocó la puerta un par de veces y nadie respondió. Volvió a tocar por mera confirmación de que no hubiera nadie y tampoco hubo respuesta en la segunda vez.

— ¡Bingo! — exclamó alegre mientras de un solo tirón abría la puerta, se fijo y a juzgar por los lienzos y el olor a pintura era el salón de artes pero se encontró todavía con una desagradable sorpresa más... un profesor en durmiendo y roncando...demasiado fuerte.

— ¡¿Ahh?! — cambió su ánimo victorioso y alegre a uno enojado y desconcertado.

— ¿Qué estaba haciendo un profesor DURMIENDO en un salón? ¿acaso eso no esta prohibido y por eso nos regañan a nosotros cuando lo hacemos? ¡esto es una enorme injusticia! — puso su diestra en forma de puño dispuesto a golpear al docente pero por poco se contuvo o de lo contrario la sancionarían.

Respiró hondo y procuró no hacer mucho ruido para evitar despertarlo. La menstruación la estaban haciendo parecer una persona que no es ella o surgiendo su verdadero yo, cualquiera de las dos razones son válidas.

— Solo me voy a retirar...daré media vuelta y me iré... — en eso que se voltea para irse, se pega con uno de los caballetes y lo deja caer por accidente haciendo un ruido demasiado fuerte. Ella se asusta y deja caer su lonchera también. — ¡Oh! Maldición — se agacha inmediatamente a recoger su almuerzo y verificar que no recibió daños irreparables.

— ...Parece estar bien. — suspiró aliviada, no vio que la tapa saliera volando ni que se haya roto en algún lugar. — Ahora si me voy... — recoge también el caballete dejándolo nuevamente su lugar y a centímetros de irse del salón, una mano en su hombro la detiene haciendo que tenga piel de gallina.

— ¡Ah! Me atraparon —

por **Eithan K. Williams** Miér Ene 11, 2017 9:42 pm

Su mente estaba sumergida en un relajante sueño donde llevaba una vida sin cuentas que pagar y nadando en una gran piscina de dinero. Su sueño era demasiado bueno que despertarse de golpe era lo que faltaba para que su corazón y mente se rompieran en mil pedazos al entrar en la dura realidad.

Un estruendoso ruido lo espabiló inmediatamente y casi saltando de su asiento. Volteó su cara rápidamente al lugar donde dichosamente se produjo tal ruido y pudo observar una de sus estudiantes agachada maldiciendo.

— ...¿En serio? — pensó desganado. Su nado sincronizado con una pila de dinero había sido interrumpido por una chiquilla como ella. La castaña luego de acomodar el caballete tirado estaba dispuesta a retirarse del lugar pero él no tenía pensado dejarla ir tan fácil. Se levantó de su asiento y sigilosamente se acercó tras ella y posó su mano en el hombro ajeno.

— ¿A donde crees que vas, pequeña? — profundizó su voz para darle mas suspenso a la situación volteándola para que esta la viera cara a cara. Frunció su ceño luciendo enojado, su cabello desordenado lo hacía parecer mas terrorífico y cerró la puerta tras ella dejando que se quedara adentro del salón. — ¿Pensabas huir tan fácil de mí o pensaste que eso no me despertaría nunca? ¿Qué cosas estabas haciendo aquí? Sabes que los alumnos no tienen permitido entrar a los salones durante la hora de receso, ¿entonces porque estabas merodeando por aquí? ¿quieres que te regañen o me regañen a mí? — comenzó a sermonearla como el buen profesor que es.

Pero estaba conteniendo las ganas de echarse a reír. Solo intentaba molestarla un poco...por venganza.

por **Natalie V. Ilyina** Sáb Ene 14, 2017 3:17 am

Sintió un escalofrío recorrer su espalda. Ahora verdaderamente se había metido en un gran lío. Escuchar su voz profunda y el sonido de la puerta cerrándose no hacía nada mejor la situación. Su ceño fruncido lo hacía ver notablemente enojado, ¿tan bonito estaba soñando y ella por ser tan torpe lo interrumpió? que suerte que tiene la chica. Miró al suelo cabizbaja asintiendo y aceptando el gran sermón de su parte

— Lo siento mucho...Lo siento mucho...No volverá a pasar...Lo siento mucho... — repetía entre cada pregunta del sermón. Una vez terminado todo lo que había dicho el profesor, deseó irse de ahí lo mas pronto posible pero antes decidió quedarse un buen rato callada por si todavía quería decir algo más el adulto pero nada pasó, había un silencio sepulcral que indicaba que era su retirada. Levantó la cabeza y le miró con sus ojos de cachorro.

— Profesor, ¿ya podría retirarme? el receso se esta acabando...y tengo que conseguir sitio en otro lugar que no sean los salones... — preguntó de manera cortés y alegando que no volvería hacerlo de nuevo mientras se acercaba a la puerta para volverla abrir. Sin embargo, una gran mentira había salido de sus labios pues intentaría comer en otro salón que no sea el de artes o donde sea que estuviese él adentro.

por **Eithan K. Williams** Dom Ene 15, 2017 12:39 pm

Se quedó sin ideas para seguir regañándola pero aun era firme en su decisión de no dejarla ir tan fácil. Hubo un largo rato de silencio de ambos lados, por su parte era porque estaba pensando en que mas podría decirle pero sus torpes y malvados planes fueron interrumpidos por la voz de la chica quien estaba lista para retirarse del salón.

— ¿Irte? — ella misma había marcado su sentencia pues le había dado una gran idea — Lo siento pero no puedes irte — enfatizó con tono burlesco, la broma/venganza apenas estaba comenzando. Cruzó sus brazos y alzó su ceja en desaprobación — Esto durará un laaargo rato y te sugiero tomar asiento — le señaló una silla frente a su escritorio.

Él también paso a hacer lo mismo, se sentó en la silla detrás del escritorio y poso sus brazos en el mismo mirándola esperando a la contraria.

— ¿Y bien? ¿Te sentarás o preferirías que tome cartas en el asunto? — hablaba con seriedad sin mostrar ni una pizca de querer ser condescendiente. Pero como al principio, seguía riéndose internamente de ella.

por **Natalie V. Ilyina** Vie Ene 20, 2017 8:24 pm

A poco centímetros de poder salir de ahí, el profesor nuevamente la detuvo y ella lo maldijo en su mente. Tan cerca se encontraba de poder alejarse de ahí y zafarse de él de una vez por todas pero en seco se paró al escuchar su voz. No era tonta como para no darse cuenta de que tenía ganas de desquitarse con ella pues estaba burlándose como si la situación le estuviese divirtiendo. Dudaba si voltearse y ser arrastrada a perder el tiempo en regaños otra vez o salir como si no lo hubiese escuchado.

Pero no reaccionó a tiempo y no tuvo mas remedio que hacerle caso — ...Esta bien — se volteó de mala gana y acató sus instrucciones sentándose en el lugar indicado. Tenía ligeramente el ceño fruncido por la actitud burlona que estaba tomando contra ella, ¿acaso tenía idea de que tenía el periodo y no tenía ánimos para aguantar tonterías de ese estilo? pero intentó no alterarse pues era un profesor con quien lidiando.

— ... — no tenía palabras para romper el silencio y además preocupada porque su comida estaba enfriándose y no deseaba comerla fría. — ...¿fría? ¡eso es! ya tengo mi excusa para poder salir de aquí — no pudo evitar disimular la pequeña sonrisa que se formó en su cara. — ¡Profe! ¿Sabe? Mi comida se está enfriando...¡o mas bien, ya está fría! y tengo que ir a calentarla o me dará dolor de barriga... — alzó su lonchera y la lució como si estuviese en un comercial de comida. — En realidad, creo que cuando se me cayó hizo que se enfriara mas rápido de lo debido ¿entiende? ¡necesito ir a calentar la comida! — imitó una expresión de preocupación pero sus habilidades actorales de seguro no eran las mejores.

Los nervios la estaban carcomiendo por dentro pues tenía miedo de que no le creyera y no la dejara ir o simplemente este estúpido aún con todo el mal encima no la soltaría solo por capricho.

— Andaaa, déjeme ir...comete el cuento idioootaaaa... — pensaba mientras actuaba todo el drama.

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